No sé aprovechar la ocasión, voy sin rumbo, vacía y tranquila bajo este cielo desperdiciado...

Con la tecnología de Blogger.

Archive for junio 2011

Puntos de Fuga; dinámicas del espacio público de Medellín, basado en el caso del Parque de los Deseos y la aldea LGTB


posted by Daiana González on ,

3 comments

"liberando pensamientos.."


 También puede encontrar este articulo en http://puntodefugacomunicaciones.tk/ colectivo Alternativo, Independiente y comunitario, ¡visítenos!


Parque de los Deseos,Medellín/Daiana González


Representación, exhibición, actuación… Como en una  obra de teatro   realizada  al aire libre, gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, emos, punks, skates y afrocolombianos    salen  a los espacios   que  ya   sienten como  suyos ,  que han ido acoplando a  sus dinámicas, simbolizándolos  y  cargándolos  de afectos. Espacios que se  convierten en lugares, lugares cuyas dinámicas   no  precisamente  fueron previstas por   la Administración  Municipal de Medellín en el momento de construirlos. Zonas de tolerancia no declaradas, puntos de fuga donde las dinámicas  tradicionales se irrumpen, espacios tan intrínsecos a la ciudad como cualquier  otro.
 “Caminando las calles se bordean los lugares privados de otros, pero a la vez, al ser muchos los que transitan las mismas sendas, se convierten en lugares para el encuentro colectivo, para el diálogo y la interacción social” dice Pablo Fernández Christlieb en un artículo titulado, los dos significados de la ciudad.
Entre estas zonas, existen  algunas representativas y ya popularizadas en Medellín, que cambian las dinámicas del espacio público. Unidas por  música e ideologías; como los Punks del Parque el Poblado, del Periodista o de la Villa ubicada por la 80, unidas por cultura, como los afro-descendientes de Tumaco, Buenaventura, Timbiquí y Quibdó en  el parque  San Antonio, el parque Berrío o  el Parque de Moravia, unidas por aficiones, como los Skates en el estadio, la Estación Hospital o Terminal del Sur o por edades como los adultos mayores en el Parque Bolívar. Grupos poblacionales que durante años  se  congregan  de lunes a domingo en la tarde o en la noche y en mayor proporción los fines de semana, reuniendo subjetividades y conciencias que no solo se comunican, sino que  también construyen y acceden al sentimiento de identidad, entendiendo la identidad como “un proceso que solo se obtiene relacionándose y se  construye  a través de las diferencias” según el antropólogo español, Manuel Delgado. 
 La palabra espacio que se designa para definir algo abstracto, no simbolizado, producto de vivencias  y practicas diarias sujetas a cambios constantes  y rápidos,  configura su significado al convertirse en un lugar de congregación de unos habitantes determinados que  algunas veces generan  lazos de hermandad y solidaridad:
“Yo vengo a este parque  porque es donde se reúne la gran mayoría de paisanos, es  un punto de encuentro, donde si estás desempleado te vienes y hablas con ellos  y ellos   te ayudan a buscar empleo, y así se relaciona uno más con la gente y con la propia raza
Nelson Velasquez,  Parque San Antonio.
Parque de los Deseos, Día viernes, Medellín/Daiana González
Esas relaciones constantes y la creación de nuevos espacios de interacción   generan  poco a poco la concentración de  nuevos  grupos  e hibridaciones culturales, como el caso de la aldea gay o zona de tolerancia no declarada en el Parque de los Deseos desde hace aproximadamente 2 años y  un día a la semana en proporciones  considerables, ‘los viernes’,  las redes sociales y  la comunicación entre los mismos grupos primarios ayudó   a que  el lugar se esté   popularizado cada vez más.  “Los que empezaron el parche fueron los de ‘La vieja Guardia’, que volvieron al sitio un parque gay” dice Andrés Carrizales, que va con frecuencia a esa zona, “este es el único lugar donde podemos reunirnos, nos trajeron y  nos dimos cuenta que el sitio era de ambiente entonces seguimos viniendo, pero solo los viernes, igual si venimos en cualquier otro día el parque nunca nos va a discriminar”, de forma similar piensa  Luz Marina, afrodescendiente del Chocó, que va frecuentemente al  Parque San Antonio; “Es el encuentro con la raza, con mi gente, donde yo me puedo sentir cómoda y nadie me va a discriminar, el ambiente, la gente, todo  me hace sentir como en casa.” La  necesidad de encontrar afinidades  de pensamiento y encontrarse con la similitud entre una ciudad llena de diferencias es lo que  crea las concentraciones de diferentes grupos poblacionales. Aquellas diferencias según Guilles Deleuze y Félix Guatari  son construidas   por líneas diversas que atraviesan  cada individuo conformando una vida, “líneas morales que dependen de   la edad, el sexo, la raza, sectores y subjetividades de nosotros y fuera de nosotros (…) que no solo atraviesan a un individuo sino a todo un grupo o una sociedad” a estas líneas Deleuze y Guatari las designa con  el nombre de  ‘líneas de fuga’.
Entre las dinámicas que surgen en estos espacios, se presenta lo que el antropólogo  Víctor Turner  explicaba como la dramatización de la singularidad cultural, cada  grupo  poblacional trata de adoptar una serie de rasgos   particulares que los hagan distintos a cualquier otro. El punto de fuga LGTB, se originó también y  casi de forma inmediata con la aglomeración  de Emos, Punks y Skates en el Parque  de Ciencia y Tecnología Explora, lo  que generó en el pasado, conflictos y actos violentos, según el vigilante del  parque;  “los primeros meses hubo problemas, porque  está este grupo y el de los Emos y Punks, no sé cuál era la bronca pero sucedieron tres disturbios graves, con heridos y presencia de la policía.” los Punks  y los Emos tratan de exponer sus ideologías culturales y lo que estás rechazan, tratan de posicionar su autoridad en la zona y generar miedo a los grupos poblacionales vecinos por medio de actos violentos. “Un día Emos y Punks  ¡nos pegaron un susto! nos bombardearon de botellas que llevaban adentro  fuego, es que ellos no toleran a los gays entonces por eso reaccionan así” comenta otro frecuente visitante que prefirió no decir su nombre.
Resulta increíble y casi impensable que  en el Parque Explora tres grupos poblacionales  con diferencias  culturales, musicales e ideológicas compartan un mismo espacio, en el que se  toleran  y se unen para la protección de ese mismo lugar que ya consideran como suyo, ¿Por que iría el Skate a practicar con su tabla  en un parque que no tiene el acondicionamiento físico,  no cuenta con ramplas ni obstáculos que generalmente es lo que propicia su conglomeración? ¿Porqué hacer un  skatebording improvisado en ese sector, sabiendo que  la ciudad tiene lugares  totalmente adecuados para este deporte como  el Terminal del sur, la  Estación Hospital y  el Estadio? ¿Por qué no existen conflictos entre los Emos y Punks que conviven en un mismo espacio?  Porque sin pensarlo han llenado de afectos su espacio, lo han convertido en un lugar   abierto  a cualquier ideología cultural que no trasgreda su misma ideología,  como quizás creen  que lo hace la  comunidad LGTB  del  Parque de los Deseos, que a pesar de estar tan cerca al Explora   no pueden traspasar  las líneas invisibles que se han puesto.
Ante esto, tanto el grupo de seguridad  como los guías ciudadanos que realizan jornadas de vigilancia en el parque de los deseos  se  pronuncian inconformes; “la desventaja de esa concentración son la peleas entre ellos mismos, la drogadicción, la emotividad excesiva entre parejas y  el irrespeto al ciudadano” dice Alexander Ospina, guía ciudadano. A este hecho se  suma la ausencia de denuncias por  parte de la población que sufre las agresiones “el ciudadano come callado” agregó Alexander. Sin embargo no muchos opinan igual a él, Miguel Angel Mesa, vendedor de crispetas del sector desde hace 15 años y testigo de la evolución que  este ha tenido, cree que la  concentración de este grupo poblacional en el parque, no afecta en nada a su tranquilidad “Los Punks y los gay  al inicio  tuvieron enfrentamientos, pero se fueron disolviendo,  mientras no hayan problemas y se respeten mutuamente sin escándalos no tengo inconvenientes, ellos han sido  reservados, decentes y buenos consumidores” algo similar respondió  su compañera  Isabel, vendedora de minutos del Parque desde hace 9 meses; “a mí lo que más me gusta es que son muy buenos consumidores, reservados y decentes, a  diferencia de los emos del parque explora, ellos  dan miedo. Este  lado es muy calmado y uno hasta se divierte con ellos, en cambio  en el otro  existe un descontrol, violencia y agresividad.”  Pero  de una forma algo contradictoria, un vendedor del sector del Parque Explora, Ignacio Rojas, que lleva trabajando 6 meses en el lugar dice no ver conflicto alguno “no he visto problemas entre ellos, el ambiente es agradable  y hay mucha gente para trabajar.”  Lo que revela que el verdadero conflicto  no se daba ni se da  entre los miembros del mismo lugar y que los actos violentos entre Emos, Punks y LGBT  es cuestión del pasado.
El parque de los deseos de la ciudad de Medellín, construido  en el último decenio del siglo XX y en el primero del siglo XXI   junto con  el Parque de la ciencia y tecnología  Explora, el planetario municipal, el Centro Cultural Moravia  y el Jardín Botánico, hacían  parte de  los nuevos proyectos de planeación municipal con  miras  al mejoramiento del espacio público. Estos proyectos tenían   como objetivo principal  la estructuración de la ciudad y ciudadanía,  y  de este modo incentivar la cultura   y lograr una modernización tanto física como social “buscando afectar en la reciprocidad de  comportamientos sociales, valores ciudadanos, cotidianidades, prácticas, entre otros.”[i]  Estos nuevos espacios públicos, cambiaron la  percepción de los medellinenses   en cuanto a la definición de lo público, que  es entendido como el ámbito que permite “el encuentro con la diferencia.”  Parejas, niños, adultos mayores, adolescentes y hasta  familias  enteras  visitan el parque  que contiene  actividades  de entretenimiento para todas las edades y  sin pensarlo también para todas las inclinaciones sexuales. De ser un  sitio de recreación infantil en las mañanas  y tardes de fin de semana,   pasa a ser la zona perfecta, sin cohibiciones ni restricciones  para estar en pareja, plena  normalidad se vive de lunes a domingo en el Parque de los Deseos, solo  el día viernes donde las dinámicas se mezclan y se  irrumpe de manera extraña lo común. [ii] Jóvenes   con  estilos   vanguardistas y extravagantes, que optaron por diferenciarse, salen buscando representarse  como grupo o como  seres humanos similares a sus pares y por esto, distintos  a otros.[iii] Ante las dinámicas que esta concentración genera y a pesar de los  hechos violentos del pasado, de los problemas de alcohol y drogadicción que se dice que tienen, la ciudadanía no interviene  en  el hecho, posiblemente porque “come callado” como reveló el guía ciudadano  o porque simplemente no  genera disgusto  en  la población  que cada vez más acepta la inclusión de nuevas culturas, “ Si tu eres  lesbiana o gay lo tolero, cada quien con sus gustos” afirma Cristina Gallego, vendedora de velas  del sector,  junto con Miguel e Isabel  que disfrutan y hasta se divierten con  la presencia de este grupo poblacional. 
 ‘Diversidad cultural’ dice Lucia Bustamante, maestra por hace más de 20 años, que va al Parque de los Deseos tres veces por semana y presencia la concentración de la comunidad LGBT  los viernes;“Ellos hacen parte de la sociedad y no los tenemos que excluir ni  ellos se pueden sentir rechazados, ni señalados, ellos necesitan ser reconocidos  por eso  buscan un espacio donde se puedan reunir y mostrarle a la ciudad que ellos son diferentes y que tienen otra forma de  ver las cosas, yo podría decir que  me parece horrible, o inaceptable, pero no,  creo que ellos necesitan ese espacio, por que entre más los señalemos  es peor.
 La disonancia que  se da en todas estos puntos de fuga de la ciudad,  es cuando los grupos poblacionales de mayor proporción, se apropian de un  espacio que aunque se convierte en  un ‘lugar’ por un instante, no deja de ser público  y como tal, cuenta  con la    presencia  (así sea escasa)  de la ciudadanía  que espera  respeto y tolerancia ante actos que agredan  su comodidad y tranquilidad, como lo piensa Lucia que va con su hijo de 4  años al Parque “lo que no es bien visto es la forma en cómo ellos expresan la sexualidad frente al público que es heterogéneo”
Y mientras en el Parque de los Deseos  los LGTB se apropian del espacio, en  el Parque San Antonio los afrodescendientes ríen, toman, escuchan  champeta y  hablan sobre su pasado en el Pacifico para tratar de descansar un poco del estrés laboral, uno que otro blanco  que no pasa de ser turista o conocido de algún afro  interviene en el lugar. 
En el Parque Bolívar los adultos mayores que han pasado toda la tarde tratando de solucionar los problemas políticos del país, junto con su cigarrillo y  tinto empiezan a irse a casa  para dar paso a un nuevo lugar, con nuevos grupos poblacionales en los que muy probablemente no pertenecen, los  tan conocidos  y popularizados transformistas  que desde las 6 de la tarde  habitan el parque de manera más notoria, exhibiendo sus trajes, maquillajes y accesorios que los distinguen a la vista.  “Cada uno se va para su casa, desde que  uno no se meta con ellos nada va a pasar” decía Carlos Meneses mientras cogía su  bastón  y se disponía a caminar para ir a su hogar.
 En el parque el Poblado  los Punks, estudiantes universitarios  y turistas  se sientan en  los andenes, toman cerveza y aunque no se relacionan con los grupos de diferentes tendencias a ellos, si los conocen y los toleran.
 En el parque Explora Emos y Punks   hablan con sus combos  y se miran de re ojo  tratando de analizar  la vestimenta bizarra que tiene el de al lado. Y junto cada uno de esos sitios, está la sociedad  que como un  público los observa detalladamente tratando de aceptar esa hibridación de culturas  ajenas a ellos.
Sobre este tema, el artículo 32 del Manual de Convivencia Ciudadana para Medellín define al  espacio público como “El sistema de inmuebles públicos y privados que se interrelacionan para satisfacer el interés general.  Comprende elementos naturales y arquitectónicos destinados, por naturaleza, uso o afectación de necesidades colectivas urbanas y rurales de la ciudad, que trascienden los intereses individuales de los habitantes.
Pero como bien lo dice Natalia Lozano García egresada de la Universidad de Antioquia en el 2007 y quien elaboró su trabajo de grado sobre la  representación socio-espacial del espacio público en la ciudad de Medellín. “Más que definiciones o manuales de uso provenientes de la institucionalidad, la descripción, utilidad y sentido “reales” los pueden dar mejor los habitantes de la ciudad, quienes lo viven y construyen cotidianamente”
Es un hecho  que la transformación  social  de una ciudad  tendrá lugar en el espacio público, pero no por el sitio sino por quien lo habita que crea puntos de fuga  a la cotidianidad “es un hecho que la sociedad civil tomo a la ciudad de una manera precisa: la tomó por la calle”.[iv]





[i]Administración Municipal de Medellín,propuestas de desarrollo urbano 2004-2007
[ii] TRANSFORMACIÓN URBANA Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL ESPACIO PÚBLICO; El caso del Corredor Urbano Carabobo Por Andrés Felipe Jurado Aguilar /Monografía presentada para optar a titulo de  Sociólogo: Universidad de Antioquia.
[iii] TERRITORIALIDAD E IDENTIDAD HIP HOP RAPEROS EN MEDELLÍN; Ángela Garcés Montoya, Paula Andrea Tamayo y José David Medina Holguín.
[iv] El espíritu de la calle, Psicología política de la cultura cotidiana, Pablo Fernández Christlieb, tomado del trabajo de grado; Representación socio-espacial del espacio público de la ciudad de Medellín, Natalia Lozano García, Universidad de Antioquia, Faculta de Ciencias Sociales y Humanas 2007