No sé aprovechar la ocasión, voy sin rumbo, vacía y tranquila bajo este cielo desperdiciado...

Con la tecnología de Blogger.

Cómo extirpar el recuerdo


posted by Daiana González

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1. Asegúrese de mantener el ruido suficiente como para que no se cole entre gramática y literatura los besos dados, la respiración entrecortada, el rozar de las manos antes de ser entrelazadas, sus ojos escarbando el alma..
2. Ría mucho, ría por todo, para que no se apodere de pronto el recuerdo del cosquilleo de sus dedos acariciando fuertemente cada vértebra, jugando con la delgada linea entre el amor y el deseo. Ría para que su alma no se apodere de añoranza por las palabras no dichas y lo no vivido, para que no se apodere de usted la locura, la convulsión.
3. Hable tanto cuanto pueda pero nunca de él ni sobre él, y cuando alguna linea dicha o expresión se lo recuerde guarde rápidamente y de forma imperceptible el recuerdo en ese oscuro cajón donde se guardan las cosas que un día se quisieron tanto que debieron ser distraidas por el olvido.
4. Fracase en el intento y vea como el recuerdo escondido vuelve a salir de entre cadenas y cerrojo. Acéptelo, acarícielo, sea masoquista y proyecte de nuevo cada momento, cada pequeño encuentro, las risas de malicia inocente, los labios dejándose llevar por el apego.
5. Vea como inevitablemente trata de incrustarlo en cada conversación, como si la palabra pidiera a gritos salir del oscuro rincón de la cohibición a donde fue enviada.
6. Recuérdelo, recuérdelo tanto hasta que sienta que ya es suficiente y mientras lo hace vea como se apoca de tanto en tanto la palabra, como las acciones van dejando de conjugarse, como el amor se va cansando de darse hasta aquietarse.

Violando las leyes de la proxemia


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Perdida entre rutas y transversales: K3 con destino al Portal del Norte; K54 para llegar a Marly y de ahí tomar la siguiente ruta para llegar a Quinta Paredes. C4, H4 y H21 pero solo hasta las ocho, por que es de los pocos que no hace perder tanto tiempo vital: minutos para ver una película, besar otros labios.Minutos para vivir de verdad.
El ruido monótono del Transmilenio arulla, el movimiento coordinado hace las veces de silla mecedora. He aquí la mejor forma de descansar antes de llegar a casa del siglo XIX. Si encuentra una silla desocupada la suerte está a su favor, sino queda el consuelo de que el caos nunca será suficiente para  no darle paso a la tranquildad. Santa Lucía, próxima parada Socorro; dice la voz robotizada del bus.
4 horas y media al día, 20 a la semana, 80 al mes viviendo en el microecosistema de polución, gripe, pitos y empujones que violan todas las leyes de la proxemia. Socorro, próxima parada Consuelo.
Cerca al cuerpo del hombre sin identidad, de facciones que ya no recuerdo, pero que hace unos segundos compartió mi mismo aire, tocó mis manos, (quizá sin querer, quizá queriendo), sintió mis suspiros, pero no los retuvo en su mente, la rapidez evita que la memoria guarde detalles tan simples como estos. Consuelo, próxima parada Molinos.
Así es El sur, y cómo  El Sur es la inmensa mayoría, este es el común denominador. Esta es la vida. La vida desnaturalizada.

Mujer de nadie


posted by Daiana González

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 La mujer de todos y de nadie,  que sin desear su destino lo acepta, recibe cada noche  a un ser diferente.
Ella sabe que  no es amor quizás sea cariño (¿puede la costumbre confundirse con afecto?).
Siempre es lo mismo y sin embargo ella piensa  que será distinto. Siempre es la entrega, la inocencia, la necesidad fisiológica camuflada de resignación. Las palabras  vacías,  la reciprocidad actuada. El acto que cella el pacto de la hipocresía. Y un fina sin final; sin un chao, sin un te extraño.

La mujer de nadie, con una sonrisa gastada, busca otro actor para su obra  en la que  se sienta amada, para que los besos camuflen su  vejez y distraigan su  profunda soledad y tristeza.


posted by Daiana González

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Existieron una vez  dos amantes, ella rubia, él algo delgado.
Sin prejuicios y sin males, ellos se desvestían, no importaba hora ni lugar. No importaban testigos.
No le temían a su cuerpo, ni permitían encarcelarse en telas y jeans.
La ropa se evaporaba con tal  facilidad que quienes ya los conocían,  acostumbrados a su piel descubierta, no mostraban sorpresa al verlos.
Eran seres desnudos que vagaban inconscientes  o quizá conscientes, pero incomprendidos por  los demás hombres   que  los  miraban a veces de forma enfermiza  achacándoles  insultos y burlas.Ellos, siempre hicieron caso omiso, su cuerpo descubierto sintiendo la brisa, liberado de cauchos y ataduras, lo valía.


posted by Daiana González

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Refugiarme en tu cuerpo y tapar con sabanas el mundo  lleno de monstruos  de garras filudas.

Reir y callar con nuestra risa las  voces asfixiantes, mentirosas, inexistentes irreales; solo ciertas en el mundo de la palabra, en sus lexemas, morfemas y oraciones. No  trascienden. No deben trascender.

Caminar juntos y por una sola ocasión no pensar en un solo ser. Desear tu bienestar y tu felicidad. Un hermoso comunismo alimentado por  la droga enfermiza de la dopamina.

No los mires, sus ojos son engañosos tal como lo son sus corazones. El ser humano es incapaz de doblegarse.


posted by Daiana González

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Un verdadero adiós es ese que no tiene despedidas
Donde no hay recuerdos ni sentimientos que  evoquen la partida.
Un adiós no se articula,
                     no se presiente
                             no se siente, si es verdadero.
Un adiós no lastima,
                           ni desea,
                                  ni añora el pasado.