La mujer de todos y de nadie, que sin desear su destino lo acepta, recibe cada noche a un ser diferente.
Ella sabe que no es amor quizás sea cariño (¿puede la costumbre confundirse con afecto?).
Siempre es lo mismo y sin embargo ella piensa que será distinto. Siempre es la entrega, la inocencia, la necesidad fisiológica camuflada de resignación. Las palabras vacías, la reciprocidad actuada. El acto que cella el pacto de la hipocresía. Y un fina sin final; sin un chao, sin un te extraño.
La mujer de nadie, con una sonrisa gastada, busca otro actor para su obra en la que se sienta amada, para que los besos camuflen su vejez y distraigan su profunda soledad y tristeza.
Archive for 2012
posted by Daiana González
posted by Daiana González
Existieron una vez dos amantes, ella rubia, él algo delgado.
Sin prejuicios y sin males, ellos se desvestían, no importaba hora ni lugar. No importaban testigos.
No le temían a su cuerpo, ni permitían encarcelarse en telas y jeans.
La ropa se evaporaba con tal facilidad que quienes ya los conocían, acostumbrados a su piel descubierta, no mostraban sorpresa al verlos.
Eran seres desnudos que vagaban inconscientes o quizá conscientes, pero incomprendidos por los demás hombres que los miraban a veces de forma enfermiza achacándoles insultos y burlas.Ellos, siempre hicieron caso omiso, su cuerpo descubierto sintiendo la brisa, liberado de cauchos y ataduras, lo valía.
posted by Daiana González
Refugiarme en tu cuerpo y tapar con sabanas el mundo lleno de monstruos de garras filudas.
Reir y callar con nuestra risa las voces asfixiantes, mentirosas, inexistentes irreales; solo ciertas en el mundo de la palabra, en sus lexemas, morfemas y oraciones. No trascienden. No deben trascender.
Caminar juntos y por una sola ocasión no pensar en un solo ser. Desear tu bienestar y tu felicidad. Un hermoso comunismo alimentado por la droga enfermiza de la dopamina.
No los mires, sus ojos son engañosos tal como lo son sus corazones. El ser humano es incapaz de doblegarse.
posted by Daiana González
Un verdadero adiós es ese que no tiene despedidas
Donde no hay recuerdos ni sentimientos que evoquen la partida.
Un adiós no se articula,
no se presiente
no se siente, si es verdadero.
Un adiós no lastima,
ni desea,
ni añora el pasado.
posted by Daiana González
Vivimos distraidos de esta tragedia llamada existencia.
Vivimos distraidos por que las luces, el brillo, la risa, enceguecen nuestros ojos.
Vivimos distraidos de la crueldad y la violencia que es ser humano; nos distrae la caricia que adormece el sentido.
Vivimos olvidando que vivimos para morir, no pensamos en lo inútil y corto que es nuestro paso por este mundo ( mundo desconocido, mundo extraño, mundo siniestro)
Vivimos sin saber un porqué un para qué y morimos sin poder estar seguros de haber respondido acertádamente.
Vivimos, inevitablemente vivimos, en un letargo sin fin que al primer atisbo de perderse se convierte en una muerte prematura. Razón tenía Ciorán al decir que los suicidas son una especie de visionarios.
posted by Daiana González
¿Y si dejamos de ser presos del cuerpo? somos almas,
somos ideas, somos palabras medio expresadas.
Del cuerpo solo quedará tu sonrisa, tus ojos y tu caminar y me declaro apegada materialmente a ellas, por que sé que permanecerán en el tiempo y no serán un deseo momentáneo.
Desde hoy me declaro enamorada de tus palabras; por que en ellas estará el reflejo de tu alma y la experiencia de tu vida.
Desde hoy deseo ( sí, deseo, aunque sea muy utópico) ser seguidora de ideas.as.
posted by Daiana González
Mis ojos se deleitan al ver la novedad; sin trazos de costumbres, sin rostros coocidos. Soy, de repente, una anónima en la cotidianidad de la ciudad, con la oportunidad de cambiar detalles que harían de mi vida algo diferente.
Mañana, quizás, estaré cansada de no poder refugiarme en ningún rostro confiable . Quizás mañana lo desconocido pase a ser parte de mi nueva cotidianidad y este silencio sea mi nueva costumbre.
posted by Daiana González